One down, two to go...
Pero hoy no se trata de eso. Extrañamente no. Debería, pero no.
Como es de entender, el periodo de exámenes me enloquece hasta puntos insospechados. Pero peor se vuelve la cosa cuando tenes un examen atrás de otro...quien diría que septiembre tiene 30 días...porque para los primates no adiestrados que rigen mi facultad aparentemente tiene solo 7. Serán los recortes presupuestarios quizás, ya no hay plata para comprar calendarios...
En fin, aunque este haciendo referencia a ello, porque es sin duda inevitable, dado que, entre otras cosas, ahora mismo lo que debería estar haciendo es estudiando y no esto, no es sobre lo que quiero hablar.
O si...
Estos últimos días fueron muy difíciles. Por fin entendí, aunque sea un poquito, a todas aquellas personas que diariamente tienen que hacer cosas que detestan porque es la única manera de conseguir algo que necesitan. Los compadecí. Y después a mi misma. Lo que me llevo a una espiral de self loathing y autocompasión profundamente destructivas. Y ahi me quedé...
Estudiar es muy fácil, pasmosamente fácil diría yo. Los exámenes? No tan fáciles. Ya la cosa cambia, dependes de un montón de factores como la suerte (cuya participación se puede reducir estudiando, claro), el profesor que te toque, como estés ese día, etc...Pero estudiar diría incluso que hasta puede llegar a ser un placer...mientras te guste lo que estas estudiando, claro.
Evidentemente de 10 materias (como mínimo) que puedo llegar a tener en un año, no todas me van a gustar, ni todas me van a ser fáciles, y para eso esta septiembre. Pero tarde o temprano todas me proporcionan aunque sea un poquito de satisfacción. Ese momento en donde finalmente comprendes lo que se supone que tenes que aprender, que todos los ejercicios te salen perfectos, que comprendes tus errores pasados y sabes que no los vas a volver a cometer, ese momento de perfecta sintonía con la materia no tiene precio. Y aunque la materia no sea de tus cosas favoritas en el mundo, algo de satisfacción te produce. Quizás no la materia en si, sino tus propias capacidades de autosuperación y mejora, el saber que intelectualmente lo podes todo si así lo queres y que ninguna materia o profesor poco cualificado va a tirarte abajo.
A eso es a lo que aspiro yo en septiembre. Ahí es donde conseguí mis mayores logros y donde continuamente me pruebo a mi misma que soy mejor de lo que creo y de lo que muchos creen. Ahí es donde tengo mis mejores actuaciones.
Y mal que mal, termino comulgando con las susodichas materias que en junio tantos dolores de cabeza me dieron.
Pero este año no.
Este año en junio simplemente me di por vencida. Abandone. Me convencí a mi misma de que no podía y simplemente deje las materias. También es verdad que por motivos de tiempo aposté por otras materias sobre estas y gane, pero eso es otro asunto.
Al haberme auto-abatido en junio, me impedí un primer estudio de las materias, dejando esta ardua tarea para septiembre (cuando en años anteriores en septiembre ya iba por la segunda o incluso tercera pasada, lo que me daba muchísima ventaja), o mas bien agosto, porque como ya les conté, en mi facultad sufren una severa carencia de habilidades organizativas.
Agosto no es un mes para estudiar. Y yo ya me había dado por vencida de antemano asi que no había ya nada por hacer. Durante 15 dias mantuve la farsa de que estudiaba, incluso me lo hice creer a mi misma, pero la verdad es que todo lo que estaba haciendo era perder el tiempo.
Tire la toalla, y cuando yo tiro la toalla hay dos opciones: que aparezca alguien y me salve de mi misma, levante mi toalla y me de fuerzas para seguir adelante o que yo misma recapacite, la levante y decida que lo mejor es seguir peleando.
Pero esta vez no pasó. Me canse. Me canse de pelear, me canse de que todo sea tan complicado, me canse de esas horribles materias, me canse de mi misma, de mi vida y de todo lo que me rodeaba. Incluso llegue a odiarlo. Las consecuencias? Son no solo visibles sino que mas que merecidas y esperadas.
Como decía antes, estudiar es muy fácil, cuando es eso lo que queres hacer y cuando te gusta aquello a lo que te dedicas. En mi caso cualquier excusa era buena para no estudiar, y aunque generalmente soy medio remolona para sentar el culo, una vez que arranco no paro. No esta vez. Nunca llegue a arrancar. Pero lo que es peor, es que nunca logre alcanzar ese punto de satisfacción y de gusto por lo que hago que tanto necesitaba para seguir adelante. Todo lo que sentía era odio, disgusto, asco, cansancio y por sobre todas las cosas, desprecio. Tener que estudiar esas tres materias era como si me azotaran en el cerebro con un látigo de púas para después proceder a patearme el estomago hasta desear morir para no tener que seguir soportando esa tortura.
Drama drama drama...lo se. Pero así me sentía.
Y aunque sigo pensando que mis condiciones son particularmente adversas, hoy adquirí consciencia de que se puede estar peor. Tengo un conocido que hoy no solo tenia un examen, sino dos y mañana tiene otro mas. Eso si que es estar jodido de verdad. Con lo cual me hice una nota mental de no quejarme por la ubicación de mis exámenes delante de el.
Mi victimismo, aunque no lo parezca tiene un fin, oohh si que lo tiene. Y ese fin llego esta mañana, después del examen de contabilidad. Ya esta, ya es suficiente de hacerme la víctima, ya me aburrió y quiero seguir adelante, quiero empezar de nuevo, have a clean start, you could say. Dejar todo esto atrás y empezar un nuevo año con una hoja limpia, con la posibilidad de dar lo mejor de mi y no estar condicionada por hechos en los cuales no tuve incidencia. Pero para poder hacer eso necesito ponerle un fin a este año que no puedo calificar porque ningún adjetivo negativo de la lengua española o inglesa es suficiente para graduar lo malo que fue. Y ese fin, como no, en vez de ser majestuoso y contar con todos aprobados para poder decirle al mundo y sobre todo a mi misma: ha! viste que podías hacerlo, soy mejor que todos los demás!, va a ser patético y deshonroso. El balance serán todos suspensos, que, nunca mejor dicho, en vez de finalizar este eterno y oscuro periodo de mi vida, simplemente lo pondrán en suspenso. Y ahí quedarán, recordándome lo fracasada que soy y que este año, aunque mi cerebro vaya a hacer todo lo posible por olvidarlo, sí existió.
Estoy avergonzada. And self loathing kicks in again. Pero ya no hay nada que pueda hacer. Este es un error que no se puede arreglar. El examen de contabilidad esta hecho y para el de matemáticas faltan solo unas pocas horas que, sí, debería estar aprovechando, pero para qué? Ven? tire la toalla. La solución, lamentablemente, no necesita solo un par de horas sino una semana entera de estudio duro y continuado.
Tengo sentimientos dicotómicos. Lamento no haber hecho mas, me disgustan mis fracasos y desearía haber sido mejor. Pero el asco no desaparece, no puedo superar esa fuerza negativa que me impide estudiar, siquiera 'repasar' lo que hace que si antes el resultado era dudoso, ahora se decante definitivamente hacia el no aprobado. Y no se porque. Quizás porque se que lo hecho hecho esta y ya que no hice nada, para que hacer algo ahora si es insalvable, ya que hay que pasar el tiempo, mejor pasarlo lo mejor que se pueda. Es decir, leyendo el libro que me acabo de comprar (yeai!!) o haciendo esto.
Soy definitivamente una coctelera de sentimientos y pensamientos. Deseo que llegue el futuro y dejar esto atrás. Pero también se que crearme elevadas expectativas acerca de mi supuesto porvenir es pernicioso, sobre todo para mi estabilidad sentimental una vez que no suceda lo que deseo. Pero también se que ese futuro vendrá cargado de arrepentimiento, culpa, ira y, lo mas probable, envidia. Es un futuro que anhelo mas que nada en este mundo pero que se que cuando llegue, no sera perfecto y tendré que lidiar con un par de nuevos problemas.
Soy un caos interior. Lo soy.
Y así, con todo mi drama, mis desordenes y mis confusas emociones, de repente, desapareció todo.
Él. Solo él puede hacer que el mundo que me rodea desaparezca. Que todos mis problemas, externos e internos ya no existan, aunque sea por un breve periodo de tiempo. Todo se va y solo queda él, y felicidad, pura felicidad y despreocupación. Pero no es que el resuelva mis problemas...ojala! Él los hace desaparecer, hace desaparecer al mundo, y a todas mis preocupaciones y mis miedos y mis miles de neuras.
Pero él es, al menos por ahora, fugaz. O mas bien yo lo soy. Hoy estoy y ayer, pero mañana será otra historia. Mañana toca el otro examen, que ni siquiera el puede hacer desaparecer. Y mañana toca volver a mi realidad, mi triste realidad. En donde nada desaparece sino que todo se hace cada día mas real y mas patente.
Y aunque pretendía no hablar de mis tortuosos exámenes, acabe haciéndolo. Por qué? Porque él se fue....a hacer un recado, claro. Y cuando se fue, todo volvio. Las preocupaciones, el estrés, los exámenes, el exámenes de mañana, el de hoy, todas mis frustraciones y malos karmas. Todo.
Ahora que lo pienso, no se si necesito que vuelva, para entrar una vez mas en ese estado de olvido y placer en el que el me sume o que no vuelva, a ver si esta total self-awareness hace que despierte de una vez por todas y me ponga a, al menos, repasar.
Llueve.
Es definitivamente lo que necesitaba. Hay dos cosas que curan mi mal estar espiritual: una noche sublime con él y la lluvia. Me traen paz y felicidad, aunque sea temporal. Porque se que la verdadera paz solo puede venir de mi y eso es, sino difícil, imposible.
Como no estoy en mi rancho ni con mi pc, voy a postponer la publicación de este post a mañana, cuando vuelva a mis aposentos y cuando ya haya dado matemáticas y comience el final countdow para la ultima de las tragedias. Es mas que nada por motivos de corrección ortográfica, dado que en el mio lo hago mas rápido y mas fácil y porque quizás, solo quizás, agregue un cd, o una canción...aun no lo se. Mientras tanto, hasta mañana.
-----------------------------------------------------------------------------
Hangover day:
el día después de un examen es como un día con una tremenda resaca. Te despertas e instantáneamente recordas los eventos del día anterior. Sentís que la cabeza te da vueltas y que es posible que en cualquier segundo vayas a vomitar. Te arrepentís de todas esas tonterías que hiciste y deseas que las cosas se hubieran desarrollado de una manera diferente.
A lo largo del día te vas sintiendo mejor, pero son infinitas las veces que repasas mentalmente las cosas que hiciste y dijiste y que si pudieras, eliminarías de tu mente. La única diferencia es que el verdadero resultado de mis exámenes esta aun por llegar y ese día va a ser aun peor.
La masacre matemática no fue como esperaba....fue peor. Ok, yo no soy quien para juzgar porque cuando no sabes todo te parece difícil, pero los que si sabían comparten mi opinión: ese examen tenia como único objetivo masacrar a la gran mayoría de los presentes.
Me voy a ahorrar los comentarios al respecto porque no vale la pena. No es eso lo que esta en mi mente ahora. Ni tampoco mi próximo examen, lamentablemente, sino él.
Lo extraño. Necesito sentirme segura y feliz otra vez. Odio mi realidad, odio tener que lidiar con ella acá, lejos, sola.
Y no aprendo. Después de la debacle de los últimos dos días no consigo centrarme and pull it together para sacar adelante el próximo y último examen. Es demasiado trabajo. No quiero. No tengo ganas. No me importa.
O sí. Simplemente no quiero reconocerlo. Es mas fácil desconectar, que no te importe fracasar.
Se que no puedo. Se que voy a fracasar. Y si me importa todo va a ser peor. Así que no me tiene que importar.
Y aun así, después de un rato, bueno, un laaaaargo rato, siento la imperante necesidad de volver a ello para al menos no sentir culpa ademas de fracaso.
P.S: les debo el algo que iba a subir